Una burbuja inmobiliaria es un período marcado por un aumento inusual en los precios de la vivienda impulsado por una alta demanda y una oferta baja, la especulación de los inversores y un gasto exuberante.
Esta es causada por una variedad de factores, que incluyen una creciente prosperidad económica, tasas de interés bajas, más ofertas de productos hipotecarios y crédito de fácil acceso.
Esto culmina cuando la demanda disminuye o se estanca, debido a las tasas hipotecarias más altas o la inflación, mientras que al mismo tiempo la oferta se re-alinea con la demanda. Esto puede resultar en una fuerte caída de los precios, reventando así la burbuja.
Las tasas hipotecarias aumentaron ante los altos índices de la inflación; así como ante la perspectiva de una fuerte demanda de bienes. La hipoteca de tasa fija a 30 años superó el 4% por primera vez desde mayo de 2019, según Freddie Mac.
La hipoteca de tasa fija a 30 años promedió 4,67% durante la semana que finalizó el 31 de marzo. Un año antes, la tasa a 30 años promedió 3,1%.
En USA Los investigadores de la Fed de Dallas están observando un comportamiento anormal del mercado inmobiliario de Estados Unidos; por primera vez desde el auge de principios de la década de 2000. Sus motivos de preocupación incluyen la relación precio-alquiler y la relación precio-ingreso; las cuales muestran signos de que los precios de la vivienda están cada vez más desfasados con respecto a los fundamentos.
Sin embargo, con base en la evidencia actual, cualquier fenómeno no será tan grave como la crisis financiera mundial de 2007 a 2009 en términos de magnitud. “Entre otras cosas; los balances de los hogares parecen estar en mejor forma y el endeudamiento excesivo no parece estar alimentando el auge del mercado inmobiliario”; señala el reporte de la Fed de Dallas.