Un aval es una garantía en forma de dinero o de bienes, que usa un ente financiero cuando el prestatario no paga la deuda correspondiente.
Para la compra de una propiedad, en dado caso si no se tiene una nómina o trabajo estable, podría requerirlo como garantía extra.
La función de este documento es servir de garantía para el cumplimiento de obligaciones, asumiendo el pago de una deuda de otra persona si esta última no lo hace.
Un usuario solicita un préstamo para comprar una vivienda; el ente financiero debe asegurarse de que se le devolverá el dinero y por ello es requerido.
Cualquier familiar o amigo, si el usuario paga su deuda cada mes, el avalista no resultara perjudicado. Pero si no paga, este tendría que hacer frente a la deuda, como si fuera suya.
Depende de la capacidad financiera del usuario y de su historial; si se tiene un perfil ahorrador, es probable que no se exijan garantías de pago extra.
Es importante conocer los distintos tipos de aval que existen. Principalmente, se dividen en dos, personal y bancario:
Este documento es un producto de riesgo, por lo que siempre tiene un costo para quien lo contrata. Ese costo no depende de si el beneficiario ejecuta o no el aval, sino que se aplica en forma de tipos de interés y/o comisiones de gestión.
Fuentes:
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