La compra de una vivienda te exige incorporar una serie de cálculos que van más allá del precio del inmueble. Ahí juega un papel especial el loan to value (LTV).
Esta métrica clave se utiliza para determinar el grado de riesgo que representan para un acreedor. Si el precio del inmueble es elevado, el dinero que vayas a dar como down payment o enganche tal vez no cubra el porcentaje que esperas del precio del inmueble.
Esto puede significar un LTV alto, que puede afectar la tasa de interés y las condiciones finales. Por eso revisaremos lo que implica la relación préstamo‐valor y algunos de sus aspectos clave.
De forma sencilla, la LTV representa el porcentaje del monto que vas a obtener de financiamiento con respecto al valor de la vivienda que quieres comprar. Visto de otra forma, si tu enganche es del 10%, entonces tu relación préstamo‐valor sería del 90%.
Esto es un aspecto clave para el prestamista porque los diferentes valores relacionados con el LTV varían en función de las hipotecas disponibles.
También resulta importante para que bancos y otras instituciones financieras evalúen el riesgo. Cuanto menos dinero pongas como enganche, mayor será el riesgo y las condiciones del préstamo menos favorables.
El cálculo de esta proporción es muy sencillo, solamente tienes que dividir la cantidad del crédito hipotecario otorgado entre el valor de tasación del inmueble. Supongamos que la vivienda tiene un precio de $300,000 y pones de enganche $30,000. En este caso tendríamos:
Aunque un LTV de 90% puede ser algo común, algunos prestamistas no quieren conceder una cifra tan alta. Como es lógico, los financistas siempre preferirán a quienes pueden cubrir la mayor cantidad posible del bien que pretenden comprar. Si bien una relación préstamo‐valor no significa que te van a rechazar, lo ideal es que no supere cierto límite.
Como regla general, no deberías tener un ratio préstamo-valor por encima del 80% si quieres asegurar condiciones contractuales más favorables. Por supuesto, no deberías desanimarte si por alguna razón no logras reunir ese 20% para el enganche.
Esto es porque hay múltiples opciones que pueden hacer posible la compra de una vivienda (USDA, préstamos FHA, VA, etc.).
Este valor se aplica cuando hay más de un crédito asociado con una vivienda. Por ejemplo, una hipoteca primaria y una segunda hipoteca, como una HELOC o una línea de crédito. Cuando esto pasa, se divide el saldo combinado de la deuda que has contraído entre el precio de la propiedad que deseas adquirir.
Los prestamistas toman en cuenta este cálculo cuando solicitas refinanciamiento o un crédito hipotecario sobre el valor acumulado. Supongamos que tu vivienda posee una tasación de $300,000, tienes un saldo de $150,000 en tu primera hipoteca y quieres una HELOC de $50,000. Este cálculo sería así:
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