Antes de comprar una vivienda hay que tener en cuenta algunos factores, como las características de la casa y aspectos económicos.
Comprar una vivienda es una de las operaciones económicas más importantes que lleva a cabo una persona a lo largo de su vida. Por eso, encontrar la que mejor se adapte a sus necesidades requiere de paciencia y de análisis.
Escoger entre tener terraza y jardín o decantarse por espacios interiores más amplios. Estos y otros factores, como si se trata de una vivienda de obra nueva o una casa de segunda mano, influyen en el precio del inmueble. A largo plazo, además, todo ello será muy importante para conocer si resultará fácil vender la vivienda en el caso de querer hacerlo en el futuro.
La ubicación de la vivienda tiene también una incidencia muy importante tanto en el precio del inmueble como, una vez se resida allí, en la calidad de vida de sus habitantes. Vivir en el centro o en el extrarradio, tener una buena red de comunicaciones, o disponer de servicios cerca como colegios o supermercados son elementos clave para decidir si es la vivienda adecuada según las necesidades del comprador.
Antes de decantarse por la compra de una vivienda, hay que asegurarse de que las escrituras están claras y de que el inmueble se encuentra correctamente inscrito en el Registro de la Propiedad. Cualquier irregularidad puede dar lugar a problemas graves en el futuro que conviene prevenir.
La actitud del vendedor es importante, también, para facilitar las visitas que necesite el comprador para asegurarse de que es la vivienda que realmente quiere y del estado en el que se encuentra, de cara a saber si en el futuro necesitará realizar reformas y conocer el posible coste que tendrán.
Los bancos suelen conceder como máximo una financiación del 80% sobre el valor de tasación del inmueble. Esto significa que el solicitante de una hipoteca debe tener en torno a un 35% de ahorro previo para poder adquirir la casa. En este porcentaje se incluye tanto el 20% restante de la vivienda como entre el 10% y el 15% que se calcula que supondrán los gastos asociados a la compra. Además, para conceder un préstamo hipotecario, las entidades bancarias calculan la capacidad de endeudamiento del cliente. El pago de la hipoteca no debe superar el 30% de los ingresos mensuales del futuro propietario.
Además del precio de venta, hay que tener en cuenta otros gastos asociados a la compra de la vivienda que encarecen la cuantía final. Directamente relacionados con la hipoteca están la tasación y la comisión de apertura del préstamo (que no suele superar el 1,5% sobre el importe total).
Existe, también otra serie de gastos, como son los de la gestoría (inscripción legal del cambio de dueño de la propiedad), los del Registro de la Propiedad de la escritura de compraventa y de la llamada nota simple, y los de la notaría, que habitualmente rondan el 0,5% del valor total de la vivienda.
Además de tener en cuenta todos estos factores, contar con el asesoramiento profesional de un experto de confianza como el de la entidad bancaria resultará clave ya que podrá aconsejar a la hora de comprar una vivienda según la situación económica particular y responder cualquier duda que surja a lo largo del proceso.
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